Cuando todos pensaban que con los impresionantes avances que ha sufrido la tecnología este último tiempo, y que Move, Kinect y las maravillosas tres dimensiones eran la máxima revolución del mundo de los videojuegos, ha surgido una compañía que si bien ya ha quedado muy lejos en las consolas, ha logrado dar una vuelta de tuerca a todo lo conocido en materia de jugabilidad. Estamos hablando de Sega que ha vuelto a la pelea tecnológica con un dispositivo verdaderamente innovador, los urinarios.
Este aparato tan extraño se denomina Toylet y tiene un sensor que sirve para medir la presión con la que llega la orina al mismo, y a su vez permite controlar cuatro minijuegos que se muestran en la pantalla situada encima del urinario.Hasta el momento sólo se pueden jugar cuatro juegos nada más, pero no se descarta que se creen algunos más.
En Manneken pis, el jugador se pone en la piel de la popular escultura de Bruselas y el sensor simplemente mide la cantidad de orina que se ha expulsado. En Graffiti Eraser el pis es utilizado para limpiar las paredes con una manguera, de manera que cuanto mayor sea la presión, más limpio quedará el muro en cuestión. Además una vez que se finalice la partida, la pantalla le mostrará a quien hizo sus necesidades, el tiempo que le tomó limpiar la pared.
El tercer juego disponible es The North Wind and Her, que funciona de un modo similar a los dos anteriores, solo que es un poco más machista. El viento norte intentará levantar el vestido de una chica, y el jugador manejará dicha intensidad. Pero sin lugar a dudas el último juego es el más extraño de todos. Se trata de Milk from Nose, en el que dos luchadores lanzarán leche por la nariz para intentar expulsar al contrincante del ring. Hasta el momento estos juegos se han instalado en cuatro labavos y bares de Tokio.
