Análisis Dragon Age 2: tercera parte

Dragon Age 2

Otro de los elementos que ha sido modificado con respecto a la primera versión de esta saga es el mapa. Existen muchas misiones que al completarlas van abriendo o descubriendo diferentes partes del mapa, pero más allá de esto, hay tres escenarios que se podrían denominar como principales. Uno de ellos es Kirkwall de día, Kirkwall de noche, y los extramuros de la ciudad con zonas que van apareciendo a medida que vamos hablando con determinados NPC, quienes nos van otorgando nuevas misiones.

Esto es una ventaja sin duda, ya que con tan solo un clic se puede ir de un lugar a otro de manera sencilla y veloz. Esto sin duda hace que los viajes sean mucho más fáciles de realizar. Esta es otra de las diferencias que se tiene con Dragon Age 1, en el cual para ir de un lugar a otro, había que pasar obligatoriamente por otros escenarios, salir de ellos llegar a Ferelden y ponerse a rezar por que en nuestro camino no nos intercepte algún grupo de engendros de las tinieblas.

Por otro lado en cuanto a los combates también ha habido algunos cambios. Quienes han disfrutado al máximo la primera versión de este juego, al momento de batallar en esta segunda entrega se encuentra con algo un tanto extraño. Es así que en el primer Dragon Age, se podía ver la cantidad de enemigos que había en el campo, por lo que se podía decidir de antemano la mejor o en todo caso la única estrategia con la que se iba a afrontar la batalla. Esto ahora no se puede hacer.

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